Caminar y pensar

Caminar y pensar. Acciones comunes y cercanas a nuestra vivir diario. Nos acompañan de una forma casi instintiva, necesaria y vital. Como un proceso de aprendizaje que se inicia en el vientre materno con el movimiento celular, transitamos por diferentes patrones de movimiento que se van complementando hasta llegar a la bipedestación que nos permite recorrer el mundo.

Deambular, errar, contemplar, divagar. La habilidad de caminar transforma y produce nuestro pensamiento, articula las ideas que nos transforman y transforman el mundo.

Al caminar, nuestras huellas trazan un camino sobre la superficie de la tierra. Con el transcurso del tiempo se crea un surco sobre la corteza terrestre que consiste en una escritura sobre el paisaje. Al mismo tiempo que escri- bimos sobre el territorio nuestros ojos miran, nuestros oídos escuchan, nuestra nariz huele y nuestra piel registra los cambios en la temperatura, las caricias de la ropa, los roces con otras personas o de las ramas al pasar entre los arbustos. Al andar estamos realizando la acción simultánea de leer y escribir en el territorio. Con el formato del paseo proponemos al caminante que sea consciente de esa lectura y escritura abriendo canales de escucha, percepción y sensibilidad hacia el paisaje, el recorrido, el relieve, los árboles, los edificios, el sonido de las pisadas, el fluir del agua en el río o de las olas en la bahía, las coreografías y las formas de caminar de otros paseantes o sus memorias del pasado sobre un rincón de la ciudad. Al caminar intervenimos en el espacio y contribuimos a la transformación del mismo.

Los paseos son piezas que han nacido de la necesidad de simultanear dualidades en el mismo tiempo y espacio. Hemos dicho que son piezas entre la creación artística y la divulgación, entre la teoría y la práctica, entre el movimiento y la quietud, entre seguir lo que te dicen y dejarte llevar por tu propia experiencia. El mito experiencialista, me recuerda que en ocasiones a nuestros paseos les llamamos también experiencias. Pasear es una acción que realizamos al poner nuestro cuerpo en relación con el territorio, entre el espacio interno del yo y el exterior. Puede tener diferentes objetivos: el de llegar a un lugar en concreto, dejarte llevar, airearte, disfrutar de las vistas, conocer un lugar, dejar el tiempo pasar o movilizar el cuerpo. Es un momento en el que interactuamos y percibimos lo que nos rodea a través de los sentidos, el movimiento y el pensamiento. Todo ocurre al mismo nivel, nada es más importante. Consiste en una experiencia estética que se constituye a través de un complejo entramado de imágenes, pensamientos, sensaciones, recuerdos, razonamientos y emociones. Cada persona creará una serie de relaciones únicas que conformarán una experiencia individual.

The art of walking

Reportaje de TVE2 con mótivo de la pieza The art of walking. Realizada en Art Park, NY, USA.

Caminamos rodeando el lago. Solo se escucha el sonido de los pájaros y nues- tras pisadas en la hierba. El viento nos acaricia la cara. Buscamos todo aquello que nos pueda servir. Ramas para la cabaña, hierbas comestibles y si podemos cazamos algún animal. Llevamos una mochila, unas cuantas herramientas y un cuchillo. Caminar con peso no es fácil, pero nos sentimos fuertes y poderosos. El que va delante cojea un poco. Lleva un bastón. Me impresiona que siga viniendo de expedición. Detrás de mí va mi amigo. Somos un grupo de seis. Nos conocemos, sabemos movernos en grupo. Hoy es el segundo día. Estaremos una semana fuera de casa. Seguimos uno de los caminos que hemos hecho otras veces. Nos guiamos por marcas y señales que otros o nosotros mismos hemos ido dejando con los años. Árboles marcados, grandes rocas, la orilla del lago, vamos buscando esas señales que nos indiquen que estamos en la ruta. El paisaje se va transformando a lo largo del camino. De un momento a otro comienza a llover. Primero una lluvia fina y después se hace más continua y con- tundente. Tenemos que parar. Construimos un refugio y nos metemos. Encende- mos una pequeña hoguera y calentamos agua al tiempo que cogemos calor. La temperatura ha descendido. Esperamos. A veces contamos chistes. Otras nos quedamos ensimismados mirando la llama del fuego o las gotas de lluvia por la puerta. El agua lo empapa todo. Nuestros cuerpos comienzan a enfriarse, pero tenemos que esperar. Esperar a que escampe para seguir el camino. Pero no escampa. El agua comienza a correr por debajo del refugio. Decidimos buscar un refugio en las rocas. Salimos corriendo, pero al poco tiempo terminamos caminando. Las rocas están lejos y nos mojaremos igual. Cuando llegamos a la base de la montaña encontramos una gruta en la que cabemos los seis. Esta- mos empapados. Dentro está todo seco y encontramos unas ramas para hacer una hoguera, menos mal. Nos desnudamos y nos juntamos alrededor del fuego. Fuera llueve con fuerza. Comenzamos a movernos para calentarnos. Saltamos, movemos los brazos y las piernas y nos sacudimos. Uno de nosotros comienza a aullar y los demás le seguimos. Nos reímos. Poco a poco el movimiento hace su efecto. Nuestros cuerpos entran en calor. La ropa se va secando. La lluvia va amainando. Salimos de la cueva y miramos alrededor. Es un sitio bonito. Desde este lugar se puede ver una gran extensión de terreno. Árboles, laderas y, al fondo, el lago. Dejamos nuestras cosas en la cueva y exploramos los alrededo- res. Subo por un sendero hasta llegar a lo alto de la montaña. Miro a lo lejos. Identifico los lugares a los que he ido alguna vez. Me pregunto qué pasaría si fuese un poco más lejos. Quizás nunca volvería. Ese pensamiento me excita y, al mismo tiempo, me atemoriza. No volver nunca. Y ¿a dónde iría? ¿Qué encon- traría? Quizás podría ir un poco más lejos y luego volver. Solo ver un poco más. Me entra la curiosidad. No es la primera vez, pero estando aquí es más fácil. Podría hacerlo ahora. Empezar a caminar y marchar. Quizás alguno quiera venir conmigo. Serían un par de días. Pero ¿y qué le dirán a mi familia? Seguro que es un problema. Se van a preocupar. Pero quiero hacerlo. Voy a hacerlo. Vuelvo poco a poco a la cueva pensando en la posibilidad de irme a la mañana. Quién sabe, quizás por la mañana piense de otra manera.

Escucha y camina. Audio grabado durante el proyecto Falces sonora con el objetivo de caminar conectado con la localidad de Falces.

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